¿Cómo
controlar una epidemia?
Cuando una
enfermedad afecta a un gran número de personas, es indispensable
controlarla (controlar a propagación y generación de nuevos casos).
Pero en la gran mayoría de los casos el control de estas
enfermedades es complejo. Para actuar de manear inteligente se deben
seguir ciertos pasos que afectarán a la propagación de la
enfermedad en la población.
Conociendo a
la enfermedad
Un punto muy
importante para poder controlar una enfermedad es conociéndola.
Esto, a pesar que parezca obvio, puede no serlo. Es importante saber
cuál es el ciclo de la enfermedad, cuanto tiempo está dentro del
hospedador, qué órganos ataca y cómo, si posee algún reservorio
en la naturaleza y cómo se desarrolla en el, cómo se transmite y
qué tan contagioso es. Las enfermedades más peligrosas son aquellas
donde estas preguntas no pueden ser respondidas. Una enfermedad que
ataca de manera indefinida a su hospedador no puede ser bien
diagnosticada. No saber cuáles son los órganos blanco impiden saber
cuál es la vía de ingreso del patógeno al hospedador. Si no se
conoce el mecanismo por el cual el patógeno ataca un determinado
órgano será más difícil vacunarlo. Si el patógeno no tiene un
reservorio claramente identificable, ¿de dónde proviene? Y en el
caso de desconocer la forma de transmisión, ¿qué medidas de
prevención se pueden sugerir a la población? Como pueden darse
cuenta, este no es un problema sencillo.
Medidas de
control
Una vez que se
conoce al patógeno que causa la enfermedad es posible generar
medidas de control para evitar que la enfermedad se propague (se
disperse en la población). Estas medidas pueden ser a 2 niveles: a
nivel individual y a nivel poblacional. En todo caso la principal
diferencia entre estos dos niveles es que el nivel individual
requiere del compromiso de la persona y no es obligatorio, al
contrario del nivel poblacional.
- Nivel individual: En este nivel se apela a la buena voluntad y sentido común de las personas. En el caso de un patógeno se espera que cada persona extreme las medidas de higiene personal (lavado de manos y cuerpo, uso de desinfectantes portátiles como alcohol en gel u otros, uso de barbijos), la higiene de su hogar (evitar acumular basura dentro y en los alrededores de su casa), la desinfección de las fuentes de agua (clorado), precaución en la manipulación e ingesta de alimentos (cocción, evitar consumir conservas caseras y otros) y, en el caso de una epidemia riesgosa, evitar salir del hogar si no es necesario. De la misma manera, ante la presencia de síntomas se debe evitar exponerse a otras personas para no ser fuente de contagio. En última instancia se le solicita a las personas vacunarse contra el patógeno en el caso de que exista una vacuna. A pesar que estas normas están diseñadas para proteger a las personas, en la mayoría de los casos no son cumplidas.
- Nivel poblacional: En este nivel el estado regula las actividades de tal manera que se pueda evitar la propagación masiva de un determinado patógeno. Algunas de las medidas son similares a las que se dan a forma individual: desinfección de aguas de consumo, control de los alimentos, proveer a la población con equipos básicos de control (barbijos, guantes, desinfectantes), pero la escala es mayor. El estado es capaz de forzar el aislamiento de las personas a través del cierre administrativo. Esto implica cerrar las escuelas, edificios públicos, bancos, restaurantes o cualquier punto de aglomeración poblacional. En el caso de que se necesiten medidas más extremas el estado es capaz de cuarentenar a la población a través del cierre de las vías de acceso a la población. Estas medidas requerirán de las fuerzas armadas (ejército y gendarmería) y son impuestas por la fuerza a la población. Por último el estado es capaz de disponer la captura y eliminación de los vectores del patógeno en caso de existir.
Inmunización
Un factor
importante en la prevención de una enfermedad es la inmunización.
La inmunidad es la habilidad de un hospedador a resistir de manera
eficiente el ataque de un patógeno determinado. La inmunidad a una
determinada enfermedad puede ser adquirida hereditariamente o ser
propia del individuo, pero esto representa la minoría de los casos
(menos del 1,5 % de la población).
La inmunidad
puede ser adquirida por el resto de la población de 2 maneras: la
inmunización pasiva y la inmunización activa. La inmunización
pasiva se basa en contagiarse de una enfermedad. Si el individuo
sobrevive adquiere inmunidad. Pero esto debe ser realizado con muchas
precauciones. La principal es saber si la enfermedad tiene un alto
rango de mortalidad. Por otro lado es importante saber cuáles son
los cuidados básicos una vez que la persona se enferma para que su
condición no se deteriore. Antiguamente las personas llevaban a sus
hijos a las casas de niños con varicela para que se contagien y se
inmunicen. Aunque la enfermedad tiene un bajo rango de mortalidad,
hubieron varias muertes por esta práctica. La inmunización activa
se realiza a través de la vacunación del probable hospedador. Esta
técnica es mucho más segura y efectiva, aunque también posee
riesgos.
Vacuna
Ya que hemos
definido tantas cosas, es un buen momento para definir lo que es e
implica una vacuna. A pesar que la gran mayoría de las vacunas se
aplican al torrente sanguíneo mediante una inyección hipodérmica,
no todas las vacunas se inyectan. Algunas se aplican sobre zonas de
rápida absorción como las vías respiratorias (pulmón-torrente
sanguíneo), las conjuntivas (irrigación ocular-torrente sanguíneo)
y el sistema gastrointestinal (boca-estómago-torrente sanguíneo).
Es importante que el complejo de la vacuna llegue al torrente
sanguíneo, ya que este lo distribuirá por todo el cuerpo y activará
el sistema linfático, que es nuestro sistema defensivo. El sistema
inmune humano se basa en un circuito anexo (alternativo) al sanguíneo
que se constituye por un sistema glandular y vasos linfáticos. A
través de estos vasos linfáticos el sistema inmune se comunica con
el torrente sanguíneo. En otra clase se detallará más sobre el
sistema inmune humano.
¿Pero que es
una vacuna exactamente? En realidad, todas las vacunas son diferentes
en su composición. Algunas vacunas son hechas con un patógeno
atenuado. Para ponerlo en palabras sencillas, un patógeno atenuado
es un microorganismo que ha sido atontado. Por ejemplo, en el caso de
una bacteria esto se logra con compuestos químicos que degradan
parcialmente la pared de la bacteria, volviéndola vulnerable o
impiden la formación de flagelos que le permitan moverse. Otra forma
de vacuna es usar partes del patógeno. Esto genera un reconocimiento
del sistema inmune sobre esas partes, lo que genera que el patógeno
sea rápidamente reconocido y neutralizado si intenta ingresar luego.
Por último la vacuna puede estar hecha de las toxinas que produce un
determinado patógeno. Estas toxinas ingresan a nuestro torrente
sanguíneo donde pasan a ser antígenos. Un antígeno es una
sustancia extraña que será reconocida por un anticuerpo específico.
En el caso del humano un anticuerpo se denomina inmunoglobulina.
Nosotros tenemos 5 tipos de inmunoglobulinas (IgA, IgG, IgM, IgE e
IgD) que a su vez pueden combinarse de distintas maneras. Esto hace
que nuestro sistema inmune sea capaz de reconocer una gran cantidad
de sustancias ajenas al cuerpo (se estima que las inmunoglobulinas
son capaces de detectar 1 X 1011 antígenos diferentes, o
sea 100000000000 o cien mil millones). Una vez que nuestro sistema
inmune detectó un antígeno, lo guarda en su memoria facilitando su
reconocimiento en otra ocasión.
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